MIRTA

MIRTA .

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No podría decir que fuimos amigas, no, tan solo compañeras de trabajo que de tanto en tanto compartíamos charlas en algún alto, en algun rato de ocio dentro de nuestras actividades.

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También compartíamos el mismo lugar donde yo tomo mi cafecito y Mirta tomaba su jugo de naranjas recién exprimido.

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Nunca se lo pregunté, ni tampoco me lo comentó pero creo que se identificaba con el color rojo. En cualquier época del año, no dejaba de vestir una prenda con ese color.

Su cabello tenía una tonalidad rojiza que le resaltaba aún mas sus hermosisímos ojos verdes y su piel, sumamente cuidada y muy blanca.

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Nuestras conversaciones siempre rondaron sobre la alimentación sana, las frutas: sobre todo los arándanos.

Recuerdo hace de esto unos veinte días, contábamos anécdotas de compañeros de trabajo en común ya jubilados, y hacíamos bromas junto a otra amiga de como sería nuestra vejez.

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Hoy, por hoy recuerdo horrorizada esta charla, teniendo en cuenta, mi querida Mirta que yo fuí, junto con tus compañeros y compañeras de oficina, una de las últimas personas que te vieron con vida.

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No puedo entender tanto horror, que te arrancó de este mundo, seguramente para irte a otro donde poder perdonar a quien nunca hubieses imaginado capaz de causarte tanto daño. El motivo? quizás solo Dios te ayude a entenderlo.

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Te dejo mis flores, mi dolor, mi recuerdo, mis oraciones, con la seguridad que cada vez que en mi vida yo consuma arandanos te tendré a mi lado.

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CLICK AQUI para conocer la triste historia de Mirta, mi compañera de trabajo.

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