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martes, 25 de octubre de 2016

las casas de Neruda

LAS CASAS DE NERUDA
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En un micro de línea, viajo hora y media aproximadamente desde Valparaíso hasta Isla Negra. La  Isla Negra de Neruda.

El camino que une ambos puntos es muy bello. Cerros cubiertos de pinos dan un entorno agradable y en las zonas de los valles a veces un tímido riacho se abre paso entre el verde o en algunos terrenos la mano del hombre ha plantado vid, y el verde claro (mas claro que los pinos) cubre el paisaje.

Isla Negra es un lugar muy particular, de casas bajas, calles polvorientas (me recuerda al pueblo de Aracataca de García Marquez), a un lado las ondulaciones cubiertas de pinos y por el otro el Pacífico inmenso, rugiente que besa las piedras grises que dan marco a la casa que supo construir Neruda, cuando ese lugar era solo habitado por las malezas, trajo los materiales con la ayuda de bueyes y un amigo diseño la estancia.

La primera impresión es que Isla Negra no es una isla ni tampoco es negra. Según me informo a través de un audiovisual que se proyecta en el interior de la casa, Neruda le puso el nombre de Isla quizás recordando su paso por Sumatra y negra aún no se ha descubierto el porqué. Tal vez sea por unas algas que se pegan a las piedras de la costa y las tiñen de negro.




Interior de Isla Negra



En la casa se pueden observar las colecciones de diversos objetos que Neruda supo acumular durante sus viajes, sus exilios, sus misiones diplómáticas y también a los regalos de amigos que contribuían a ampliar sus estanterías.

En el salón principal se encuentran los mascarones de proa. De diversos tamaños, mujeres gruesas y finas, de cabellos largos al aire o cortos y aplastados, con los pechos al aire o recatadas, con ropas sugerentes o con gruesos vestidos. Todas están en un lugar privilegiado e impactan al visitante.

Sobre las ventanas y paredes del bar, se ubican una buena cantidad de botellas de diferentes tamaños y colores. Las hay con forma de botas, de serpientes, de personajes fantásticos, de frutas, finas y altas, anchas y altas, cortas. Otras referidas a mujeres, con forma de imagenes religiosas (hay un San Cayetano hermoso), cuadriculadas, con circulos, puedo seguir enumerando y seguramente voy a dejar algunas en el olvido.





Están vestidas de blanco sus reinas como llamaba a sus muñecas. Cuantas? muchas, con cofia, sin cofia, con pelo natural, con pelo pintado.

También están sus colecciones de ormas de zapatos, sus esculturas con forma de pez, con forma cónica, con forma de cilindro, de distintos colores.







El escritorio es el sitio mas importante de la casa. Estremece pensar que allí escribió gran parte de su obra, por ejemplo "El Canto General". Se observan su pluma, sus cuadernos, su silla, su tinta. La vista es al Pacífico en un angulo que se lo puede apreciar con toda su fuerza.

En los jardines predominan las flores y las plantas suculentas. Algún barco típico de Chile se encuentra descansando frente al mar, al lado las campanas, en la parte trasera una vieja locomotora y una fuente apoyada sobre dragones fantásticos completa la decoración. Se respira, se siente que el alma del poeta anda por allí haciendo de las suyas.

En un extremo del jardín de la casa, la bandera de Chile que flamea en un mastil indica que allí se encuentra la tumba con forma de barco donde descansan los restos de Pablo Neruda y de su amor Matilde Urrutia.

Miro el cielo y veo como cruzan el cielo de la tumba los albatros, los mismos a los que Neruda dedicó su Oda.




Tumba de Pablo Neruda y Matilde

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En Valparaíso, en una zona muy alta, desde donde se puede observar la bahía, se encuentra " La Sebastiana", otra de las residencias del poeta Pablo Neruda.

A La Sebastiana la definía como la casa en el aire, y se siente al estar en su interior que la casa está suspendida en la nada.

Es mas chica que la casa de Isla Negra, y allí también se encuentran colecciones como por ejemplo de platos, de esculturas en forma de pez, las puertas interiores son coloridos vitreaux.

En la zona de los cuartos se pueden ver las ormas, los coloridos zapatos de Matilde, las gorras de Neruda y otros enceres de su vida cotidiana.

Respiro hondo y pienso que la naturaleza que rodea a ambas casas, las flores y la fuerza del Pacífico, junto con el don que Dios le dio al poeta, todo en su conjunto hicieron un caldo de cultivo para su obra fantástica.


La Sebastiana
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Estando en Isla Negra, al frente hay un negocio de un señor muy amable y amante de la buena escritura, estuvimos intercambiando ideas de como se parecen las casas de algunos personajes de la cultura que en algunos casos no se conocieron, pero tienen el mismo hilo conductor. El señor afirmaba que este hecho se debe a que eran "republicanos".

Por mencionar algunas coincidencias puedo decir que la figura del pez se repite en la casa del plástico y escritor uruguayo Carlos Paez Vilaró (en su Casapueblo); los barcos como Dalí en Cadaques; enamorarse de Matilde como nuestro Ernesto Sábato, ambos escritores perdieron la cabeza por mujeres muy diferentes entre sí pero compartían el nombre.

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.Interior de "La Sebastiana"

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1 comentario:

Fernando dijo...

Se nota que es un autor que te encanta, Alma, y que el viaje ha sido como una peregrinación a un lugar querido.

Curioso lo del nombre. Quizá no haya que buscar mucho: todos, en nuestra casa, sentimos que estamos en una isla, protegidos por el mar.

Divertido lo de las colecciones. Yo oído hacerlas, pero admiro a la gente con la paciencia para hacerlas.

Me conmueve que se haya conservado todo tan bien, en concreto el escritorio. En España, de vez en cuando, sale la noticia de que la casa de tal novelista o de tal poeta se está cayendo. Muchas veces los muebles y los libros se vendieron por un heredero avaricioso y se han perdido para siempre. Mejor esto, creo.

No entendí muy bien lo de "republicanos"; desde luego, Dalí no lo era, los demás no sé.