Me siguen!!!!!! GRACIAS!!!

NO !!! A LAS MINAS A CIELO ABIERTO

NO !!! A LAS MINAS A CIELO ABIERTO
NO A LA CONTAMINACION DE LA CORDILLERA DE LOS ANDES

domingo, 27 de diciembre de 2009

FELICIDADES !!!!!!

FELICIDADES ! ! ! !
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DESDE EL ALMACEN,

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CON TODO CARIÑO.

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BUEN COMIENZO

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DEL 2010

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lunes, 21 de diciembre de 2009

FESTEJAMOS?

FESTEJAMOS?.
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Leyendo la revista que acompaña al diario Clarín de Buenos Aires, me encuentro con una muy interesante nota que escribe un médico, respecto a cuando festejar se convierte en una obligación.
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Estas fiestas de Navidad y Año Nuevo, que se aproximan, hace que todos nos saludemos, nos reunimos a comer y brindar, nos hacemos augurios de buena vida, nos alegramos por el año que viene, y por el año que "al fin" se va, y cualquier motivo es bueno para experimentar la alegría, tratar de demostrar lo felices que somos, lo bien que nos va en la vida y como muestra de ello festejamos y festejamos.
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Pero que ocurre cuando una persona "debe" mostrarse festiva, cuando en realidad su estado de emocional está muy lejos de cualquier celebración?.
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A menudo - dice el especialista - se escucha: "... "para las fiestas me deprimo", esto es normal? Sí, lo es, aunque no sea una depresión propiamente dicha (con síntomas que se mantienen en el tiempo) sino mas bien una mezcla de nostalgia con tristeza transitoria.
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Muchas personas no tienen motivos para alegrarse, ya sea por soledad, dificultades económicas, rencores, envidias o celos familiares .... ha tenido pérdidas o duelos (por divorcio, fallecimiento o emigración), ausencias que se hacen en ese momento mas presentes que en el quehacer cotidiano del año.
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También es común comprobar que mucha gente se tensiona con las reuniones familiares, ya sea porque desean estar solos o a veces porque se ven obligadas a soportar parientes con quienes no comulgan. En lugar de disfrutar de estos encuentros familiares, algunos no pueden evitar que sean motivo de ansiedad, malestar o tristeza.
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En la actualidad la falta de trabajo o la estrechez económica agregan un motivo extra: es el caso de la dolorosa situación de quienes no pueden disponer de recursos económicos para los gastos en comestibles o regalos que desearían hacer a sus seres queridos.
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Se acostumbra a decir "Año nuevo, vida nueva", como si el cambio de calendario implicara que también ocurrirá un cambio en la vida personal, estableciendo un antes y un después diferente a lo pasado. Se necesita creer, para disminuir la angustia, que con el último día del año, se termina lo negativo y desagradable y que el nuevo año será mas confortable y positivo que el anterior. Es bueno que el ser humano pretenda mayor bienestar siempre y cuando sus aspiraciones sean razonablemente probables. Por lo tanto, finaliza un año y comienza otro, con nuevos desafíos, incertidumbres y cambios y que solo se podrán enfrentar con optimismo, criterio y confianza".

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Cuantas personas conocemos que están pasado por esta situación y a veces - me incluyo - miro para otro lado no sea que me contagie su nostalgia, su tristeza.

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Quizás, al menos yo, pueda cambiar mi modo de actuar y tratar que se haga realidad aquello de:

Noche de paz

noche de amor

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Fuente: Cuando festejar es obligatorio

Dr. Norberto Abdala - Revista Viva - Clarín

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domingo, 13 de diciembre de 2009

MIS ARBOLES

MIS ARBOLES.
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Mucho, mucho antes que yo comenzara a hacer sombra sobre la tierra de la Provincia de Buenos Aires, mis padres decidieron poner árboles, hacer su casa rodeada de árboles.
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Mi madre y yo lo plantamos
en el límite del patio,
donde termina la casa.
Fue mi padre quien lo trajo
yo tenía cinco años
y él apenas una rama.
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Como siempre ocurre en estos casos, les dijeron que no lo intentaran por lo arenoso del suelo, porque los árboles no crecerían por falta de agua, por... innumerables motivos.
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Al llegar la primavera
cultivamos bien la tierra
y lo cubrimos de agua
con trocitos de madera,
hicimos una barrera
para que no se dañara.
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Sea como sea, mi padre con su sulky trajo unos árboles muy pequeñitos de paraísos, eucaliptos, pinos y otras especies y pacientemente junto con mi madre los plantaron, los regaron tarde tras tarde de los calurosos veranos pampeanos, con el agua extraída en forma manual de la bomba sapo y balde a balde vieron como crecieron y formaron un monte, orgullo de la zona.
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Mi árbol brotó, mi infancia pasó,

hoy bajo su sombra que tanto creció,

tenemos recuerdos mi árbol y yo.

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Estos árboles en su mayoría han cumplido aproximadamente 70 años de edad, y es uno de mis grandes placeres recorrerlos, tocarlos, hablarles... si son mis viejos amigos, yo me crié a su sombra.
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Con el correr de los años

y mis pantalones largos

me llego la adolescencia,

fue a la sombra de mi árbol

una siesta en el verano

donde perdí la inocencia.

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Por estos días, una fuerte tormenta, dió cuenta de ellos y dejó en el suelo una treintena.
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Allí, esos gigantes mansos, muestran sus ramas rotas donde ya no acunaran nidos, ni volveran a piar los pichones, muestran sus raíces, que fuertes trataron de aferrarse a la vida, sin lograrlo ante la furia del viento.
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Luego fue tiempo de estudios

con regresos a menudo

pero con plena conciencia

se acercaba un largo viaje

solo de ida el pasaje

y asi me llegó la ausencia.

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En estos días he estado junto a ellos, con el corazón apretujado, viéndolos tendidos, escuchando el lamento del canto de las palomas monteras que revoloteando a mi alrededor, me preguntaban: que paso?

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.Muchos años han pasado
y por fin he regresado
a mi terruño querido
y en el límite del patio
ahi me estaba esperando
como se espera a un amigo...
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Como les digo a las palomas, garzas, horneros y cardenales que estos amigos ya no volveran a ponerse de pié, seguramente otros arboles jóvenes, ocuparan su lugar, trataran de alcanzar el cielo, se haran amigos de las nubes y se haran también mis amigos... a ellos les contaré la historia de sus mayores.
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Parecia sonreirme
como queriendo decirme
"mira... estoy lleno de nidos",
ese árbol que plantamos
hacen como unos veinte años
cuando yo solo era un niño.
Aquel que brotó y el tiempo paso...
mitad de mi vida con el se quedó...
hoy bajo su sombra, que tanto creció
tenemos recuerdos... mi árbol y yo.
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"Mi árbol y yo"
Alberto Cortez
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