EL TENOR PLACIDO DOMINGO
Y EL TEATRO COLON
Las obras de refacción del teatro Colón de Buenos Aires, una de la mejores salas líricas del mundo, están atrasadas y generan algunos temores sobre si conservarán la extraordinaria acústica del lugar, donde han actuado los más famosos cantantes y músicos del planeta. Cerrado desde noviembre del año pasado, el teatro tenía previsto reabrir sus puertas el 25 de mayo de 2008 al cumplirse 100 años de su inauguración.
Pero tras acumularse atrasos en las obras previstas, la fecha del 25 de mayo ya ha sido eliminada del programa, sin que se sepa aún cuándo se realizará la reapertura del excepcional escenario.
Algunas críticas, por estos días, se formulan sobre los trabajos que, según las denuncias de algunos técnicos de la obra, ponen en riesgo la excepcional acústica que forjó la reputación del teatro, uno de los más grandes del mundo.
La Sra. Teresa de Anchorena, legisladora porteña y ex secretaroa de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, manifestó que:"La acústica perfecta del teatro Colón está en peligro", agregando que el proyecto de reemplazar el telón y el conjunto de los tapizados, telas y cortinados del teatro podría cambiar completamente la resonancia de la sala, con las consecuencias dramáticas que esto significaría para la magia del lugar."Tenemos algo perfecto, toquémoslo lo menos posible", agregó la diputada, presidenta de la Comisión de Patrimonio de la Legislatura porteña.
En cambio, el ingeniero en acústica, Rafael Sánchez Quintana, quien participa en la refacción de la sala dijo: "Todo está perfectamente bajo control". Cualquiera sean los cambios no alteran en nada el equilibrio de la sala.Las condiciones de la sala han sido medidas en laboratorio y en la sala, y antes de elegir la tela de los cortinados o del telón del escenario, se realizaron pruebas para verificar que correspondan a los valores medidos antes de la restauración, explicó.
No obstante, Anchorena recordó que los responsables de la restauración han tenido que renunciar a uno de sus proyectos que preveía la destrucción de una pared de ladrillos detrás del escenario. La vuelta atrás con esta idea se debió a que su eliminación hacía peligrar el equilibrio acústico del teatro, lo que, según la diputada, sería una prueba de que algunos aspectos del plan de reestructuración son riesgosos. El simple cambio del telón sería otra muestra, por lo que convendría revisarlo, insistió Anchorena.
"Más vale cambiarlo asegurándose que la tela elegida tendrá la misma capacidad de absorción de sonido que el anterior", respondió el ingeniero Quintana, al recordar la obligatoriedad de acatar normas contra incendio, que el antiguo telón no tenía. En cuanto a la decisión de mantener la pared de ladrillos, es la prueba de que ningún cambio es llevado a cabo sin asegurar previamente las consecuencias para la acústica del lugar, agregó el experto. No obstante, instó a los críticos a darse "un margen de flexibilidad" al admitir que es imposible reproducir la sala de manera idéntica a lo que era, aunque más no sea por el polvo que desaparecerá, pese a que jugó un papel en la acústica. Ya fueron desarmadas las 2.500 butacas por lo que el tamaño de la sala es aún más impresionante, con los enormes andamiajes donde decenas de artesanos restauran molduras y bajo-relieves, así como el inmenso fresco que decora la cúpula central.
El tenor Plácido Domingo, uno de los mas entusiastas defensores del Teatro Colón, expresó su apoyo a la petición del taller de tapicería del Teatro Colón a través de una carta destinada al jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauiricio Macri, en la que se reclama "la restauración del telón original y su reacondicionamiento para cumplir los estándares de protección contra el fuego", argumentando que el telón "es parte integral y esencial del ambiente y la historia de uno de los grandes teatros líricos del mundo y como tal debe ser preservado si existe esa posibilidad", concepto que reitera para con el resto de los textiles originales de la sala, particularmente los cortinados de los palcos, acción con la que, afirma, "se reduciría el riesgo de afectar la excepcional acústica del recinto". La misma misiva dirigida a Mauricio Macri fue suscripta, entre otros, por el director de la Orquesta Filarmónica de Berlín, el británico Simon Rattle.
Espero que estas obras de restauración de la sala, sea efectivamente eso: una restauración y no debamos lamentarnos de sus resultados que malogren la acustica o su magnífica cúpula, entre otras cosas. Espero prime el resguardo de los intereses culturales y no el de los funcionarios de turno.
Mientras tanto disfrutemos de su cúpula, aunque sea en una foto