COMEMOS UNA MADERITA?

COMEMOS UNA MADERITA?.

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A los habituales visitantes de este Almacén, les pregunto, se comerían este árbol, que mide apróximadamente 15 metros de altura?

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Este bellísimo árbol que impresiona a cualquiera, crece en la selva misionera y se llama Yacaratiá spinosa, y cuentan las leyendas y mitos de los aborígenes guaraníes, de la etnia Mbya, que existe un árbol que se puede comer.

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Sus mayores, dicen las crónicas jesuitas del siglo XVII, tomaban el leño del Yacaratiá y lo impregnaban con miel de abeja de la especie Mandurí o "cartoneras" - según las regiones se la suele llamar así, por el aspecto a cartón corrugado de su panal - y colocaban el leño en el extremo de una caña y lo hacían rotar sobre el fuego, dando lugar a una golosina rústica y deliciosa.

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También estas tribus, llevaban en sus alforjas durante sus desplazamientos, trozos de esta madera, ya que es rica en agua, por lo tanto al consumirla podían resistir la sed.

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Toda esta tradición motivó a investigadores de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones a buscar un nuevo aprovechamiento de la madera, en este caso comestible y arrojaron resultados favorables.

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La investigación, garantizó la posibilidad de elaborar un producto saludable y económicamente accesible, profundizando sobre la evolución y particularidades del Yacaratiá, culminando con la presentación del proyecto en el XXI Congreso Mundial de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigaciones Forestales (IUFRO) celebrado en Kuala Lumpur, Malasia, en septiembre de 2000 bajo el título "Yacaratiá spinosa, una alternativa en el uso múltiple del bosque". Este trabajo es único en el mundo, referido a la utilización como alimento de uso humano de una tabla de madera con sus principales características estéticas (vetas, anillos de crecimiento, etc.).

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Este microemprendimiento contribuye, entre otras cosas, a evitar el incierto destino del Yacaratiá, el cual estaría condenado a la extinción por carecer de otra utilidad. La propuesta de aprovechar su valor como alimento apto para consumo humano abre innumerables posibilidades a sus potencialidades comestibles.

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Esta Almacenera conoció esta historia, al ser invitada a degustar una maderita como la de la foto, que la he realizado utilizando una luz, por debajo de la "madera confitada" para que se puedan apreciar las vetas.

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A esta altura alguien se preguntará: a que sabe una madera? y respondo: es agradable, con un dejo de sabor a madera, de textura fibrosa, muy rica como postre y para nada indigesta ya que contiene un elevado porcentaje de agua.

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Hasta aquí la presentación, ahora si los invito, se comerían una maderita???

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