FRANCISCO

FRANCISCO

 

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Me encontraba trabajando, como todos los días, de pronto una lágrima grande, gorda, ocupa mi ojo derecho, sin tener motivo para estar allí, ya que no estaba angustiada, ni emocionada, ni tampoco había reído como para que apareciera.

 

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Trato de secarla con un pañuelo, pero resiste, me inunda el ojo y sin que pudiera detenerla, corre por mi mejilla. Una sicóloga conocida, ante este fenómeno diría que se trata de una " silenciosa ".

 

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 Casi al instante que termina de rodar mi lagrimón, por mensaje de texto un familiar me anuncia que hay Papa. Consulto quien es? me responde que solo pudo ver la fumata blanca, en cuanto se haga el anuncio me avisa.

 

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Sigo con mis tareas habituales, y cuando ya casi había olvidado el tema, mi jefe se asoma de su despacho y dice: "Bergoglio es el Papa....Bergoglio......Bergoglio!!"

 

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No puedo seguir con mi tarea, se me quiebra la voz, me emociono hasta las lágrimas, ahora si genuinas, y ahi una compañera me recuerda mi "silenciosa" y me dice: "era un anuncio". Tal vez.

 

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Sigue un llamado telefónico de otro familiar, quien llorando me cuenta la buena nueva. Necesito irme un rato de la oficina. No puedo seguir adelante.

 

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Trabajo muy cerca de la Catedral Metropolitana, de donde partió el Cardenal Bergoglio hacia Roma.

 

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Llego a la Catedral y  la vereda está poblada de gente, mucha policía y medios periodísticos. Al ingresar, sus colaboradores, la gente que trabaja en la Catedral, y mucha mucha gente como yo que salió de los trabajos llena la nave y los costados. También hay religiosas, turistas que fueron sorprendidos con la noticia dentro del templo y no entienden demasiado de que se trata, ya que no todos hablan castellano y no cuentan en su totalidad con guía.

 

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Con la voz quebrada y el llanto que no le permite seguir por momentos, una colaboradora reza el Rosario " por el Papa, nuestro querido Cardenal Jorge".

 

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Me uno a la oración, conteniendo la emoción, observo la fe en toda la gente. Cierro los ojos y me concentro en el rezo, cosa bastante difícil ya que era interrumpido por el disparo seco de las cámaras de los reporteros y las luces de la televisión.

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Una vez terminados los misterios, se reza especialmente  a la Virgen, por el Papa Francisco. Al finalizar todos nos unimos en un aplauso muy fuerte, con la intención que el Papa lo escuche desde Roma. Nos saludamos, nos abrazamos con religiosas y gente que no conocemos y en todos: hombres, mujeres y religiosos ruedan las lágrimas de la emoción, del profundo sentimiento que nos embarga, nos emborracha de felicidad, y creo que en ese momento aún no se tiene noción verdadera de lo que significa la designación del Cardenal Bergoglio como Papa.

 

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Otra colaboradora inicia un nuevo Rosario por el Santo Padre. Me doy cuenta que en la nave principal está colmado, que necesito meditar y estar un poco a solas con Diosito para agradecerle por habernos dado al Cardenal Bergoglio y también rezar por él.

 

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Me desplazo por la inmensa Catedral, que ya no tiene claros, y en mi andar veo a hombres y mujeres rezando con las manos entrelazadas, con los ojos cerrados en profunda comunión con Dios.

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Voy a una Capilla que está dentro de la Catedral, en la cual no se permite el acceso de turistas y curiosos, ya que solo se va a rezar porque allí está el Santísimo.

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Mucha gente se encuentra en oración y adoración. Busco un lugar, me arrodillo frente al Santísimo y pido por el Papa, del cual alguien dejó sobre el altar una foto impresa por computadora.

 

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Una vez cumplido el rezo, me retiro y mientras lo hago pienso que tal vez esta noche, en la soledad de su cuarto, en su cama, quizás el Papa en su pensamiento vuelva a esta misma Capilla y quien me asegura que por un instante no añore el banco donde acabo de estar arrodillada. Pienso que es una dulce ilusión.

 

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Salgo de la Catedral, miro el cielo, el mismo cielo que tal vez miró el Cardenal Jorge antes de irse de este mismo lugar a Roma.  Miro el cielo y está plomizo, hace frío, ya que se está acercando el otoño, pero siento calorcito en mi corazón.

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Al Cardenal Bergoglio, hoy Papa Francisco, aquí en Buenos Aires era común verlo viajando en subte (metro), colectivos o simplemente caminando por la calle con su portafolios, cosa que hoy por hoy no es común para gente conocida o políticos de turno.

 

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Escuché en una radio,a un periodista que con cierta ironía decía: "solo falta que digan que a todos nosotros Bergoglio nos dio la Comunión!".... y sí, en cierta forma es así. Mucha gente lo conoce de sus épocas de sacerdote, de profesor, de hincha del Club de Fútbol San Lorenzo de Almagro, de su barrio: Flores, de verlo en las multitudinarias procesiones de Corpus Cristi alrededor de la Plaza de Mayo, presidiendo multitudes en las misas de San Cayetano o la caminata al Santuario de Luján, lavando los pies en Semana Santa a los presos y niños enfermos, en una misa con cartoneros y prostitutas, conteniendo a familiares de catástrofes como fué Cromañón, en las misas por la educación... y puedo seguir ...

 

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Personalmente me viene a la mente sus expresiones en tono suave, voz baja pero firme en sus convicciones que generó tensiones con el actual gobierno, que produjo que dejaran de asistir a las ceremonias presididas por el Cardenal Jorge, por sus manifiestos.

Recuerdo verlo,con la misma expresión que hoy lo he visto por la televisión, cuando observa, mira a su alrededor, se toma su tiempo, reflexiona y luego en forma pausada comienza a hablar en forma clara, de manera tal que todos podamos entenderlo.

 

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El Papa Francisco, es un jesuita, que todos los que lo conocen dicen que vive como predica. Es reconocido como sencillo, claro en sus expresiones y austero. Se cuenta que cuando viajó a Roma, si bien le ofrecieron viajar en primera clase, el optó por la clase turista y que llego al Conclave caminando.

También antes de partir, alguien le regaló un par de zapatos nuevos, que reemplazaran a los ya muy gastados que estaba usando. Los sacerdotes que aparecen por la televisión manifiestan que partió con una valija pequeña, la que siempre usa, no importando cuanto tiempo va a estar afuera, donde lleva todo lo que tiene, y que no le gustan los viajes demasiado largos.

 

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Su sobrino manifestó que ahora es tiempo de no detenerse en el escosor que pudo provocar su discurso en los gobiernos de turno, ya que ahora ya no es su tío, ni nuestro Cardenal, ahora es el hombre mas importante dentro de la historia Argentina y está por encima de todo comentario porque pertenece al mundo. Entiende que va ser protagonista de un Pontificado donde la característica va a ser pastoral.

 

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Su hermana Mariela, la gente que lo saludaba por la calle  y su sobrino recalcan que siempre pidió lo mismo: Rezen por mi!

 

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Otro de sus dichos preferidos es : "No te la creas!" y también "saluda a todos cuando subes, porque son los mismos que estarán cuando bajes".

 

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Un sacerdote que lo conoce en profundidad dice que en la primera aparición el Santo Padre hizo de las suyas, una "Bergogliada", al aparecer vistiendo la túnica blanca, sin los ropajes rojos y dorados, con una cruz opaca (de Obispo) . Toda una señal de los tiempos que vienen.

 

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Por último se sabe que el nombre "Francisco" estuvo siempre asociado a su vida: su padre se llamaba Francisco; cuando iba al jardín de infantes caminaba por una calle del barrio de Flores, cuyo nombre comenzaba con Francisco; concurría y daba misa en la Parroquia Francisca; los creadores de su congregación (Jesuita) son San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier, aunque su nombre de Papa Francisco se dice que se debe a San Francisco de Asis.

 

Me cuesta expresarme como Papa Francisco, en general aquí en su país, va a seguir siendo el Cardenal Jorge

 

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